Mariela Soriano.
Diario Jaén
16 Noviembre 2015
Los beneficios del deporte y su práctica al aire libre son más
que conocidos por toda la sociedad. Entre las disciplinas que se
practican en pleno contacto con la naturaleza se encuentra el golf, y
precisamente extender su práctica a todas las capas de la sociedad y que
sea un motivo de superación, relajación y aprendizaje para que personas
con alguna minusvalía se sientan útiles e integradas es el objetivo que
trabajan desde el Club de Golf del Parque Deportivo de la Garza.
Por ese motivo, entre las diferentes actividades que organizan desde
sus inicios, se puso en marcha, hace ahora ocho años, la Escuela de Golf
Adaptado. “Es una iniciativa que funciona muy bien, que se dirige a
niños y jóvenes que cuentan con alguna minusvalía, tanto física como
psíquica, y que cada año cuenta con mayor aceptación”, explica su
presidente, Emilio Navarro. De hecho, en este nuevo curso, que como en
el caso de los docentes arranca en el mes de septiembre y se extiende
hasta junio, son entre treinta y cinco y cuarenta los participantes,
acompañados de sus monitores y procedentes de la Aprompsi (Asociación
Provincial Pro Minusválidos Psíquicos de Jaén), y el centro ocupacional "Luis Caro" y el Colegio de Educación Especial "Virgen de Linarejos": “Tenemos dos grupos los
jueves, con clases de una hora de duración e impartidos por
profesionales que se encuentran en el campo. Además, nosotros tenemos un
delegado del Club de Golf, Ángel Labrador, que es el “alma máter” del
proyecto”, indica.
Además de fomentar la integración, la práctica del golf los ayuda,
subraya Navarro, a coordinar movimientos. “Ellos se lo pasan muy bien y
los que estamos con ellos, también. De hecho, cuando organizas algo para
la gente que podríamos considerar normal entre comillas siempre hay
pegas y a ellos, el más mínimo detalle que tengas te lo devuelvan con
creces. Así, la intención es que, mientras el Club de Golf exista, se
mantenga esta iniciativa”, afirma el presidente del colectivo.
Entre los apoyos con los que ha contado la iniciativa desde el
principio está el de la Federación Española, mientras que el propio Club
de Golf se encarga de hacer frente al pago de las clases. También, este
año solicitaron a la Caja Rural una ayuda que le concedieron. “Gracias a
ello hemos podido comprarle unos cortavientos para el invierno a los
alumnos de la Escuela de Golf Adaptado, y unos polos”, dice Navarro.
Por
otra parte, y aunque por el momento considera que se trata de un
proyecto “muy verde” porque está en sus primeros pasos, Navarro inició
los trabajos junto con el gerente del parque deportivo, para ver la
posibilidad de celebrar, en las cabañas de La Garza, una concentración
de Escuelas de Golf Adaptado de Andalucía. Un encuentro que, está
seguro, atraería a numerosas personas de toda la comunidad, con la
consiguiente repercusión económica.
Mientras tanto, los integrantes del colectivo continúan su día a día
con la vista puesta en cada jueves, cuando tienen una de las clases más
esperadas y emotivas de las que se celebran en las instalaciones.